Este legendario local parisino esconde un inesperado premio literario…

Algunos lugares tienen alma, otros memoria. Le Wepler tiene ambas cosas. Situada en la plaza Clichy desde 1881, esta brasserie centenaria se ha convertido en mucho más que una simple dirección gastronómica. En el cruce entre Montmartre y Pigalle, encarna toda una parte de la vida cultural parisina.

Un entorno animado, un pasado extravagante

Desde sus inicios, el Wepler fue algo más que un local de copas: era un complejo artístico y festivo. Asador, bar americano, salón de baile… Y, sobre todo, una clientela extraordinaria. Apollinaire, Picasso, Modigliani y Toulouse-Lautrec recalaron aquí. Incluso Henry Miller situó allí la acción de sus famosos Jours tranquilles à Clichy.

Incluso hoy, esta brasserie conserva el brío de su época, realzado por un ambiente Art Déco, una terraza cubierta y frescos modernos de Mathilde Jonquière. Lejos de la decoración sobria, se respira vida en el local, la de los platos bien surtidos… y las páginas bien escritas.

El Premio Wepler – Fundación La Poste: un soplo de aire fresco literario

Pocos restaurantes pueden presumir del nacimiento de un gran acontecimiento literario. El Premio Wepler – Fundación La Poste, creado en 1998 por la librería Abbesses, se ha convertido en un hito en la escena literaria francesa. Cada año, el premio se concede a dos autores: un ganador principal y una mención especial por su audacia literaria.

Con un jurado rotatorio, este premio evita el enfoque «entre-soi». Promueve voces de fuera de los caminos trillados, a menudo pasadas por alto por consideraciones comerciales. 50 autores premiados, 500 librerías asociadas y 325.000 euros de patrocinio después, la ambición sigue siendo la misma: devolver la literatura al centro del debate cultural.

Una brasserie popular… y exigente

Aunque el local atrae a críticos literarios y editores, también atrae a clientela local, turistas yasiduos de provincias. El generoso menú ofrece chucrut, marisco ultrafresco, huevos mayo ecológicos y crêpes Suzette flambeadas. Hay un menú de 40 € con todo incluido (aperitivo, plato principal, postre y vino) y menús entre semana por menos de 20 €. El restaurante se mantiene fiel a su ADN: cocina de brasserie bien ejecutada y asequible que se sirve ininterrumpidamente desde las 7.30 de la mañana hasta la 1 de la madrugada los fines de semana.

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