Matsuhisa París: cuando la gastronomía japonesa florece en el marco del Royal Monceau
París se convierte en el escenario de un diálogo culinario entre Tokio y Lima. Éste es el atrevido reto que ha asumido desde 2016 Matsuhisa Paris, una dirección tan confidencial como icónica, enclavada en el corazón del Royal Monceau – Raffles Paris. El legendario Nobu Matsuhisa, chef de 60 restaurantes en todo el mundo, está al timón y su visión peruano-japonesa es tan inesperada como deliciosamente coherente.
Dos continentes se encuentran en un plato
La cocina de Matsuhisa hace algo más que combinar sabores: fusiona dos culturas, dos sensibilidades. Nacido en Japón, Nobuyuki Matsuhisa descubrió Perú en los años setenta, cuando abrió su primer restaurante en Lima. Allí, ante la ausencia de ciertos productos japoneses, reinventó sus recetas, explorando nuevos ingredientes, abriéndose a texturas desconocidas, adobos novedosos y especias insospechadas. Este choque cultural se convirtió en un caldo de cultivo fértil, una fuente de inspiración en la que nunca dejaría de indagar.
Es esta cocina de fusión, fruto de una necesidad convertida en firma, la que ahora lleva a París. Sus platos estrella incluyen atún de aleta amarilla con jalapeños, bacalao negro con miso, sashimi con condimentos sudamericanos y tacos de marisco. Pero la experiencia no se limita a reproducir un modelo californiano. En París, Nobu se permite una desviación hacia el terruño francés: el wagyu se adorna con trufa negra, la langosta con pimienta wasabi, el pulpo a la parrilla con maki de espinacas sutilmente sazonado.
Una elegante interpretación de lo exótico
Aquí nada es chillón. En Matsuhisa París, el exotismo se desliza suavemente en una arquitectura sensorial cincelada, en una iluminación tenue, en un plato que seduce tanto a la vista como al paladar. La experiencia comienza incluso antes de sentarte: el ambiente del Royal Monceau, rediseñado por Philippe Starck, crea un entorno refinado y sofisticado. El restaurante responde a esta estética de gesto controlado y lujo discreto.
El equipo, formado en los códigos de la alta gastronomía pero alimentado por la energía cosmopolita de las cocinas Nobu de todo el mundo, orquesta el servicio con rigor y ligereza. Nunca nos sentimos abrumados por la formalidad, sino siempre guiados en el descubrimiento.
Chef Emanuele Bombardier: equilibrio entre fidelidad e innovación
Desde octubre de 2022, el chef ejecutivo de origen italiano Emanuele Bombardier lleva el timón. Su trayectoria es emblemática del espíritu Nobu: quince años en el mundo Matsuhisa, en Europa y Sudáfrica, antes de trasladarse a París para dirigir la dirección francesa.
Formado en las exigentes normas y la creatividad que son el sello distintivo de Nobu, crea una cocina que respeta el ADN de Nobu al tiempo que inyecta su propia sensibilidad personal. En el comedor, supervisa el famoso Bar Omakase, donde crea menús a medida para satisfacer los gustos de sus comensales. En 2019, ganó el campeonato francés de sushi, prueba de su pericia y capacidad para combinar tradición e inventiva.
Un homenaje líquido al arte de vivir japonés
La experiencia Matsuhisa no se detiene en el plato. Continúa en el Bar Long, un acogedor espacio del Royal Monceau, donde podrás descubrir una selección de cócteles de autor. Aquí, Nobu traslada su filosofía culinaria a la copa: revisita los grandes clásicos añadiéndoles un sutil toque japonés, a menudo utilizando sake. Los mojitos se tiñen de yuzu, los martinis se abren al umami y los bloody marys coquetean con el shiso. Un menú lleno de licores que respeta el equilibrio a la vez que se aventura en nuevos territorios, sin forzar nunca la situación.
Una dirección para iniciados, abierta al mundo
Matsuhisa París no es un restaurante de moda. Es una dirección de confianza, un lugar donde la coherencia se une a la inventiva, donde los viajeros reconocen un universo familiar y los parisinos descubren una cocina interdisciplinar de rara delicadeza. Aquí, el mestizaje no es una estratagema de marketing, sino la expresión de un viaje, una trayectoria vital de encuentros, retos y exilios.
En una ciudad saturada de conceptos, neobistrós y falsa sencillez, Matsuhisa París ofrece algo diferente: una visión, pacientemente construida, sin concesiones ni ostentación.
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