Por qué los hoteles de lujo apuestan (de verdad) por el tenis en 2025
El tenis ya no se limita a las canchas: ahora se está infiltrando en los mayores hoteles de lujo, incluido Aman. Durante el Abierto de Francia, el fenómeno está adquiriendo proporciones sin precedentes.
Novak Djokovic en Aman: mucho más que una asociación de imagen
El grupo Aman, famoso por sus 36 establecimientos de ultralujo, no está en la misma liga. Al nombrar a Novak Djokovic consejero de bienestar, Aman va más allá de la simple colocación de productos. ¿El objetivo? Mejorar su oferta de salud, deporte y bienestar recurriendo a la experiencia de un atleta con un palmarés impresionante(24 títulos de Grand Slam).
Pero este movimiento no es aislado. A mediados de mayo, Hyatt contrató a Jessica Pegula, mientras que Four Seasons organiza torneos con Venus Williams, Juan Martín del Potro y Jo-Wilfried Tsonga. Está surgiendo una auténtica tendencia: los hoteles de lujo buscan crear experiencias deportivas exclusivas.
El tenis como puerta de entrada a un estilo de vida saludable
Esta estrategia coincide con una creciente necesidad entre los clientes de gama alta de un estilo de vida equilibrado, conectado con el cuerpo y el rendimiento mental. El tenis es la encarnación perfecta de estos valores. Ya no es sólo un deporte: es una declaración social, un símboloelitista depertenencia, comparable a la Fórmula 1.
Roland Garros: un catalizador de experiencias hoteleras únicas
El momento no es insignificante: la colección Aman Tennis Club se lanza durante el Abierto de Francia(del 25 de mayo al 8 de junio), un acontecimiento seguido en todo el mundo y ancla del fenómeno tenístico. Al mismo tiempo, el Royal Monceau de París ofrece una experiencia de inmersión a los aficionados al tenis, con una estancia a medida y encuentros con estrellas del tenis.
Una alineación estratégica perfectamente calibrada que combina exclusividad, deporte e influencia.
¿Una tendencia duradera?
Frente a clientes exigentes, estas iniciativas responden a una búsqueda de sentido, de valores compartidos y de personalización. El tenis se convierte entonces en un vector de identidad, un marcador de estatus más discreto pero formidablemente eficaz.
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