Por qué Karamna podría convertirse en tu nuevo refugio levantino
A veces el verdadero lujo es la sencillez bien hecha. Y eso es exactamente lo que ofrece Karamna, una discreta dirección libanesa enclavada en el distrito 16, donde confluyen tradición, sinceridad e inclusividad.
Una íntima brasserie libanesa en el corazón del distrito 16
A dos pasos de la Place Victor Hugo, Karamna se aleja de los clichés exóticos para ofrecer una versión justa, familiar y sincera de la cocina levantina. La familia Smadi, fundadora del restaurante, se esfuerza por crear un espacio inclusivo, en el que Milo, el ayudante de cocina autista, participa plenamente en la vida del restaurante.
Cocina casera generosa, desde el almuerzo hasta la cena
A mediodía, los menús a partir de 14 € son un éxito: bocadillos de chawarma, halloumi o falafel, acompañados de mezzés caseros. Por la noche, el ambiente es más tenue, y las mesas se cubren de hummus, fatayers, kebabs y platos cocinados a fuego lento, como Daoud Bacha o Kebbe labania. También se sirve Molokhia, un guiso poco conocido pero reconfortante, según el humor del cocinero.
Aquí todo es una invitación a compartir. Y los grandes clásicos (pollo taouk, falafels crujientes, tabulé, moutabal…) se sientan junto a postres tradicionales como el mouhalabieh con azahar o las crujientes baklawas.
Una filosofía de gusto y corazón
La palabra “karamna” significa generosidad en árabe. Y es fácil ver por qué se eligió ese nombre. El servicio es amable y atento, y los platos rebosan sinceridad. Un vaso de limonada casera de azahar durante el día, una copa de vino libanés por la noche, y estarás en otro lugar, entre Beirut y París.
Karamna es una dirección que dudamos en compartir por miedo a que sea demasiado conocida. Pero hay algunos restaurantes que merecen ser contados.
📍77 rue Boissière, 75116 París
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