¿Ha encontrado Stella McCartney la fórmula del lujo verdaderamente sostenible?
Ni cuero, ni piel, ni plástico… pero sí muchas ideas. Stella McCartney impone una visión del lujo que cuestiona la industria.
Un cuarto de siglo de compromiso con la responsabilidad medioambiental
Mientras Stella McCartney se prepara para celebrar su 25 aniversario, confirma su papel de pionera del lujo sostenible. La marca, que recientemente ha vuelto a ser independiente, aprovecha la oportunidad para destacar sus decisiones radicales. Entre ellas, el rechazo total del cuero, sustituido por multitud de alternativas vegetales y recicladas.
Pieles vegetales y materiales reinventados
Atrás quedaron los días de las pieles de animales. Stella McCartney multiplica sus innovaciones: Vegea, a partir de residuos vitivinícolas, Uppeal, a partir de manzanas, y Mylo, un material derivado de las setas. Fibras inesperadas como el plátano (Bananatex) o el maíz (Yatay) se utilizan ahora en bolsos, zapatos y ropa, incluido el icónico bolso Falabella, que se ha convertido en un laboratorio textil en sí mismo.
Faux sin plástico: la piel sintética se reinventa
La diseñadora se niega a utilizar imitaciones sintéticas contaminantes. Prefiere Savian, un tejido biodegradable fabricado con cáñamo, lino y ortiga, procedente de residuos agrícolas. El resultado es una piel sintética con una huella de carbono reducida en un 40-90% según su uso. Un gran avance en un campo que aún no se ha explorado del todo.
Plumas sin pájaros, e incluso sin compromiso
Otra batalla emblemática: decir adiós a las plumas animales. Gracias al BioPuff, hecho de juncos que capturan CO₂, Stella McCartney está creando una alternativa vegetal aislante e impermeable. La misma lógica se aplica a Peekaboo, un vaporoso hilo de nailon reciclado.
Una nueva era en los textiles técnicos
El pensamiento del diseñador se extiende a los pigmentos y tratamientos.Airlite neutraliza el 90% de los contaminantes atmosféricos en determinadas piezas. Algae Black, un pigmento a base de algas, absorbe más carbono del que emite. Un gesto simbólico… y científico.
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