Prada pierde a su CEO: tensiones estratégicas y perspectivas inciertas

Mientras Prada desvelaba en Milán su colección masculina primavera-verano 2026, la casa de moda italiana anunciaba al mismo tiempo una noticia menos esperada: el fin de su colaboración con el CEO Gianfranco d’Attis. Una decisión que, lejos de ser anecdótica, ilustra las tensiones internas que sacuden al grupo desde hace varios meses.

Una partida en un contexto de desacuerdos y desaceleración

Tras asumir su cargo en enero de 2023, Gianfranco d’Attis -antiguo responsable de Hermès y Dior- no habrá pasado ni dos años al frente de Prada. Según una nota enviada a la AFP, dimitirá oficialmente el 30 de junio. A la espera del nombramiento de un sucesor, Andrea Guerra, actual CEO del grupo Prada, asumirá el cargo de CEO interino.

¿El motivo de la marcha? Diferencias estratégicas», según informa el medio especializado WWD. Estas tensiones llegan en un momento en que los indicadores de crecimiento se están agotando. Prada, que había registrado un crecimiento del +12% en 2023, sólo creció un +4,2% al año siguiente, con unas ventas que apenas se acercan a los 4.000 millones de euros.

Peor aún, el primer trimestre de 2025 se cerró con un descenso del -0,2%, en un mercado del lujo personal debilitado en general, pero aún boyante para varios competidores. Es una llamada de atención, tanto más audible cuanto que la marca milanesa comunica muy poco sobre su hoja de ruta a medio plazo.

Miu Miu a contracorriente

Mientras Prada se tambaleaba, Miu Miu, la marca hermana del grupo, disfrutaba de un crecimiento espectacular. Con un crecimiento del +60% entre enero y marzo de 2025, la otrora hermana pequeña marginal se ha convertido en una de las principales fuerzas motrices del grupo, impulsada por una imagen más joven, una estética vanguardista y una comunicación alineada con las tendencias del efecto 2000.

Este contraste plantea una cuestión fundamental: ¿cómo reposicionar Prada sin traicionar su ADN? Es un asunto delicado, sobre todo porque la competencia (Loewe, Bottega Veneta, Saint Laurent) intensifica su presión sobre el segmento del lujo creativo, antaño bastión de la casa milanesa.

Una transición arriesgada

Con la marcha de Gianfranco d’Attis, el grupo Prada entra en una nueva fase de incertidumbre. El estilo de Miuccia Prada sigue siendo inigualable, pero la gestión estratégica global se está convirtiendo en una prioridad en un mercado cambiante. La moda masculina, los accesorios, la venta al por menor digital: todas estas son áreas que quedan abiertas.

El próximo director general tendrá que enfrentarse a los retos del crecimiento orgánico, la rentabilidad y la imagen, en un momento en que la marca italiana, aunque sigue siendo influyente, necesita reafirmar su posición.

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