Desfile Schiaparelli otoño-invierno 2025-2026: Daniel Roseberry explora la elegancia de la oscuridad
Para la inauguración de la Semana de la Alta Costura de París, Schiaparelli presentó una colección introspectiva, en la que predominaba el negro y el recuerdo del pasado daba forma al presente.
Entre las columnas del Petit Palais, Daniel Roseberry desveló su nueva colección de alta costura otoño-invierno 2025-2026 para Schiaparelli. Fue un momento culminante de la Semana de la Moda de París, donde el legado de Elsa Schiaparelli se fusionó con una estética seria, a veces dramática, pero siempre controlada.
Este desfile marcó un cambio de rumbo: lejos de los corsés esculturales y las joyas de oro emblemáticas de temporadas pasadas, Roseberry optó aquí por un rigor elegante, casi austero, dominado por una paleta negra. El objetivo era claro: resaltar los volúmenes, los materiales y las texturas, sin caer en el ornamento.
Las sombras como materia creativa
El punto de partida de la colección es histórico: el exilio de Elsa Schiaparelli en 1940, cuando abandonó París por Nueva York en plena guerra. De este periodo incierto, Roseberry extrae una poderosa narrativa, que oscila entre los recuerdos sombríos y la ostentación reprimida. Las siluetas son estructuradas, los hombros firmes, las espaldas trabajadas como superficies a revelar: tul en cascada, vestidos al revés, bustiers esculpidos a partir de monturas de caballo…
Entre las piezas más llamativas: la capa Apolo transformada en un agresivo vestido o collar, o los chaqués de matador bordados hasta el gorro. El espectáculo nunca toma el camino fácil, y eso es precisamente lo que lo hace tan poderoso.
Alta costura con raíces en París
En este marco monumental del Petit Palais, Schiaparelli continúa la tradición de la alta costura parisina que sabe convocar el pasado y convertirlo en algo contemporáneo. Los grandes nombres de la pasarela, como Awar y Mona Tougaard, dan vida a estas creaciones espectrales, pero su fuerza reside también en que no buscan agradar.
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