Esta heladería libanesa tiene a los parisinos en vilo, ¡y ya vemos por qué!
¿Y si el mejor helado de París no viniera de Italia sino… del Líbano? Esa es la loca apuesta de Glace Bachir, una empresa familiar fundada en Beirut en 1936, que está reinventando el helado a su manera. ¿Su producto estrella? Un helado con una textura sorprendente, recubierto de pistachos, cubierto de nata montada, y sobre todo: ecológico, casero, adictivo. Desde su llegada a París, la cola está abarrotada. Y no es sólo una exageración.
Bachir: cuando la tradición libanesa llega a París
La historia comienza en Líbano, en el pequeño pueblo de Bikfaya, donde los hermanos Bachir abrieron su primera tienda en los años treinta. Su receta a base deachta -una crema de leche aromatizada con azahar- conquistó rápidamente el corazón de los libaneses. Con su textura esponjosa, su sabor floral y sus crujientes pistachos, ofrece un raro equilibrio que contrasta con el helado tradicional occidental. En 2017, Glace Bachir llegó a París con un objetivo claro: dar a conocer a los paladares parisinos una tradición 100% libanesa.
Hoy, dos tiendas comparten la capital: una en el Marais (58, rue Rambuteau), la otra en Montmartre, frente al funicular. Y en todas partes, el mismo escenario: largas colas, miradas intrigadas y sonrisas encantadas al primer bocado.
Achta, un sabor que nunca olvidarás
Es imposible hablar de Glace Bachir sin mencionar la achta, su sabor característico. A diferencia de los helados italianos, que son más grasos y dulces, la achta ofrece una sensación de frescor lácteo, aireada pero intensa. Se elabora con lentisco natural, una resina del árbol del pistacho, que le da su elasticidad única, casi mochi. Una vez servido, se enrolla en pistachos triturados antes de cubrirlo con una generosa porción de nata montada casera. El resultado es un postre denso, fragante y con textura. Un postre que no encontrarás en ningún otro lugar de París.
No es sólo un helado. Es una firma. Una experiencia.
Ecológico, local y comprometido: el helado ideal 2025
La otra gran baza de Bachir es su posicionamiento responsable. Todos nuestros helados tienen certificación ecológica y se elaboran sin colorantes ni aromas artificiales. La leche procede de la región de París, y la fruta utilizada es fresca y de temporada. En un momento en que los consumidores exigen más transparencia, Bachir cumple todos los requisitos: autenticidad, canales de distribución cortos, artesanía.
Y este respeto por el producto se siente desde el primer bocado. Cada sabor (rosa, mango, limón, chocolate, café blanco…) conserva su pureza original, sin dulzor engañoso ni textura de helado demasiado industrial. En Bachir’s, puedes oler la fruta, la nata, lo auténtico.
Un verdadero zumbido, alimentado por el boca a boca
En Instagram, TikTok y Google Maps, llueven las críticas favorables. Los vídeos que muestran la elasticidad de la achta son un éxito. En las redes, algunos hablan del «mejor helado de París», otros de «un regreso a la infancia en Líbano». Incluso los críticos más cautos admiten: «No creía que me fuera a gustar, pero es una revelación».
El restaurante se ha convertido en un lugar de peregrinación para los amantes de la comida, pero también en un puente cultural entre París y Beirut. En el barrio del Marais, nostálgicos libaneses se reúnen con curiosos parisinos en un ambiente alegre y colorista. La espera no es repentina, se comparte.
No sólo un helado, una emoción
Al optar por una receta tradicional, ecológica y diferente, Glace Bachir no se limita a seguir una tendencia. Está marcando una nueva pauta, una forma diferente de enfocar los postres helados. Menos dulce, más estructurado, más cultural.
En 2025, comer helado Bachir es mucho más que un capricho veraniego. Es una inmersión sensorial para toda la familia. Una cucharada de historia, servida al estilo parisino. Para probar. Para compartir. Y sobre todo: para no olvidar.
📍Glace Bachir, 58 Rue Rambuteau, 75003 París