Il Carpaccio: lo mejor de Italia en el Royal Monceau

Cuando la cocina italiana se une a la emoción pura, el resultado es Il Carpaccio. Restaurante con una estrella Michelin ubicado en el Royal Monceau – Raffles Paris, Il Carpaccio ofrece una experiencia gastronómica única en París. Bajo la dirección del dúo de chefs Oliver Piras y Alessandra Del Favero, Il Carpaccio ofrece una experiencia que combina instinto, rigor y generosidad.

Una leyenda italiana reinventada en París

Abierto desde hace varias décadas, Il Carpaccio es mucho más que un restaurante palaciego. Fue el primer restaurante italiano en el extranjero en recibir una estrella Michelin. En marzo de 2022, se renovó la distinción a la inspirada cocina de la pareja de chefs que pasó por Da Vittorio. Se pasó una nueva página, combinando herencia, audacia y refinamiento.

Una decoración de Starck, entre la Sicilia barroca y la ensoñación moderna

El arquitecto Philippe Starck ha infundido al espacio una atmósfera sensual y barroca, entre onírica y elegante. Las conchas marinas del artista Thomas Boog puntúan la decoración con toques marinos, los pasillos se convierten en grutas nacaradas y los materiales evocan palacios sicilianos olvidados. Cuando llega el buen tiempo, la terraza, oculta tras los jardines del hotel, amplía esta experiencia sensorial al aire libre.

Cocina sensible y precisa de un autor

Desde su llegada, Oliver Piras y Alessandra Del Favero han impuesto un estilo muy personal, profundamente arraigado en la tradición italiana pero nutrido de múltiples técnicas e influencias. Su cocina apela ante todo al corazón, con platos sencillos en apariencia pero magníficamente elaborados, privilegiando la sencillez sobre la espectacularidad. La técnica está presente, pero nunca es demostrativa.

La emoción del servicio de mesa

En Il Carpaccio, la comida siempre está en movimiento. Algunos, como la legendaria chuleta de ternera a la milanesa o los paccheri preparados por encargo, se sirven en el comedor, en la mesa, en un raro gesto de hospitalidad. Los propios chefs salen de la cocina para charlar con los clientes, en un intento deliberado de borrar la distancia. No cenas en Il Carpaccio como si estuvieras en un restaurante de lujo: te invitan a una casa habitada, cálida y viva.

Una selección de productos excelentes

El cuidado de los productos está en el corazón de la identidad del restaurante. Pasta Mancini de las Marcas, parmesano Collecchio, tomates San Marzano o limones del sur de Italia: cada ingrediente se elige con un cuidado sin concesiones. En la cocina también se utilizan los mejores pescados y carnes franceses, que se complementan armoniosamente. Las trufas, negras o blancas, vienen de Italia, por supuesto. Porque aquí, el producto dicta el gesto.

Una bodega inspirada, entre Francia e Italia

El maridaje de comida y vino está en manos del brillante Gabriele Del Carlo. Coronado dos veces Mejor Sumiller de Italia, ofrece una carta de más de 800 vinos, combinando bodegas emblemáticas con descubrimientos de vanguardia. Su filosofía es sencilla: el buen vino es el que da placer. Su enfoque humano y generoso hace que cada maridaje sea un momento de intercambio y de compartir.

Un final suave de Yazid Ichemrahen

El postre en Il Carpaccio no es una formalidad. Extiende la promesa del asombro. El pastelero Yazid Ichemrahen revisita los iconos italianos con delicadeza y audacia: el affogato de Miguel Ángel, la stracciatella de chocolate, el panettone deconstruido… Una vez más, tradición y creatividad se unen en elegante armonía.

La estrella Michelin, entre consagración y fuerza motriz

La estrella Michelin concedida en marzo de 2022 marca un punto culminante, pero el dúo de chefs lo considera un impulso, no un logro. A partir de ahora, se trata de cultivar estos altos niveles a diario, con un espíritu de transmisión y sinceridad. Cada servicio se convierte en un capítulo de esta historia culinaria en ciernes.

Una cierta idea de Italia en París

Il Carpaccio no es un restaurante italiano más. Es una dirección poco común, donde todo -desde la decoración hasta los platos, desde el servicio hasta la iluminación- celebra el arte transalpino de vivir sin caricaturas. Un lugar donde la gastronomía es un acto de generosidad, un intercambio sincero, una emoción controlada. Un restaurante con estrella Michelin donde vuelves tanto por lo que comes como por lo que sientes.

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