Este rosado sin alcohol será tu favorito este verano
¿Y si el mejor rosado del verano no contuviera ni una gota de alcohol? Con su Carte Blanche Sans Alcool Rosé, Rhonéa ha hecho una propuesta atrevida y llena de promesas: un vino naturalmente desalcoholizado, sin aditivos artificiales, pero con todo el auténtico sabor del Ródano.
Un vino sin alcohol, pero con todo lo demás
La cooperativa Rhonéa, símbolo del Valle del Ródano Meridional, presenta un nuevo vino que bien podría remodelar el menú de aperitivos veraniegos. Elaborado con uvas Caladoc, Cinsault y Garnacha negra, este rosado ligero y luminoso se vinifica como un gran rosado tradicional, antes de someterse a la destilación en frío, un método suave que preserva el equilibrio, los aromas naturales y la frescura del vino.
Sin aromatizantes ni correctores: el vino base conserva su color, su delicada frutosidad y su vivacidad, al tiempo que presume orgulloso de no tener alcohol.
El espíritu del vino, menos el exceso
Para servir bien frío (10-11°C), Carte Blanche se dirige a los enófilos exigentes que quieren conciliar placer y moderación. Para un almuerzo de verano, un brunch chic, un aperitivo relajado o incluso una comida ligera, este rosado tiende un puente entre modernidad y tradición, sin traicionar nunca su terruño.
Rhonéa afirma así su voluntad de ofrecer una nueva forma de vivir el vino: ética, sincera e integradora.
Un rosado comprometido, de la vid a la botella
Procedente de los terruños de Beaumes-de-Venise, este rosado desalcoholizado refleja el meticuloso trabajo de los viticultores artesanos del colectivo Rhonéa. El resultado es un vino sin alcohol que no pretende imitar, sino ofrecer una alternativa genuina que respete las uvas, el saber hacer y el ritmo de la naturaleza.
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