Diptyque se une al Comité Colbert: una nueva era para la perfumería cultural

Es un reconocimiento simbólico pero estratégico. La casa Diptyque, fundada en París en los años 60, acaba de unirse al exclusivo Comité Colbert, junto a las joyas del lujo francés. El anuncio marca el ascenso de una marca con una identidad múltiple, que combina la herencia olfativa y la ambición cultural.

Una fragancia de excelencia

Fundada por tres amigos estetas y viajeros, Diptyque siempre ha cultivado una forma de independencia estilística. Desde velas de culto y poéticas eaux de toilette hasta objetos decorativos inspirados en el arte y los viajes, Diptyque no es sólo perfume. Se trata de un estilo de vida sensorial, en la encrucijada de la artesanía, la cultura y el diseño.

Al unirse al Comité Colbert, la asociación que promueve la influencia internacional de los artículos de lujo franceses desde 1954, Diptyque afirma una posición institucional más firme. Se une a nombres como Chanel, Cartier, Hermès y Guerlain, así como a instituciones como la Reunión de los Museos Nacionales – Grand Palais, que también se ha unido recientemente.

Una estrategia a largo plazo

Esta adhesión no ha surgido de la nada. En los últimos años, Diptyque ha lanzado una serie de iniciativas muy simbólicas: colaboraciones artísticas, ediciones limitadas con un claro sesgo estético y, sobre todo, en 2025, la creación de una fundación homónima.

Dedicada a proteger la naturaleza y apoyar la creación artística, esta fundación hace que Diptyque participe en un compromiso cultural sostenible. Es un movimiento en línea con los valores históricos de la marca, pero que adquiere una nueva dimensión en la era del lujo comprometido.

Para Laurence Semichon, designada para dirigir la empresa en 2024, pertenecer al Comité Colbert es tanto un galardón como un medio de proyectar la empresa hacia el futuro: «Es un precioso reconocimiento de nuestra experiencia y nuestro patrimonio, y también la apertura de un diálogo que mira hacia el futuro.

Una marca cultural, no sólo una marca de cosméticos

La adhesión al Comité Colbert confirma lo que la empresa lleva mucho tiempo susurrando: Diptyque es una marca cultural tanto como de lujo. Sus boutiques son como gabinetes de curiosidades. Sus productos evocan paisajes, recuerdos y sensaciones raras. Diptyque no vende perfumes, cuenta historias sensibles, a medida que cambian las estaciones y las creaciones.

Este posicionamiento le permite destacar en un mercado saturado, donde la narrativa suele primar sobre la sustancia. Diptyque, en cambio, asume una lentitud, una poesía, un refinamiento que parecen intemporales y, sin embargo, profundamente contemporáneos.

Una dinámica a seguir

Con este nuevo paso, Diptyque refuerza su legitimidad al tiempo que consolida su identidad híbrida: entre casa de lujo, marca artística y actor cultural. El futuro dirá si este ascenso en la escala corporativa se traduce también en nuevas colaboraciones, una mayor presencia internacional y nuevos formatos de tienda.

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