Esta vinoteca parisina posee una de las mejores colecciones de vinos del mundo…
El secreto mejor guardado de los amantes del vino está a tiro de piedra de los Campos Elíseos?
Desde 1987, Les Caves de Taillevent perpetúan una tradición de excelencia en París, combinando rareza, accesibilidad y pasión transmitida con arte. Herederos naturales del legendario restaurante del mismo nombre, atraen por igual a neófitos y coleccionistas.
Un comerciante de vinos nacido de una gran casa
Todo empezó en 1946 con Le Taillevent, un restaurante gastronómico fundado por André Vrinat, figura histórica de la sommellerie francesa. El restaurante pronto se hizo famoso por su excepcional carta de vinos. En 1987, su hijo Jean-Claude Vrinat decidió abrir Les Caves de Taillevent en la rue du Faubourg Saint-Honoré. Una boutique chic, exigente pero nunca esnob, concebida para transmitir conocimientos y pasión.
Desde entonces, los hermanos Gardinier, actuales propietarios del grupo Taillevent, han desarrollado el concepto a nivel internacional: Tokio, Osaka, Yokohama, Beirut… Y más recientemente, en 2022 se abrió una segunda dirección parisina, en la rue de la Pompe, a dos pasos de la Place Victor Hugo. Cada ubicación tiene su propio ambiente, pero todas comparten el mismo ADN: excelencia, descubrimiento y accesibilidad.
2.000 referencias, desde pepitas confidenciales a mitos absolutos
Les Caves de Taillevent ofrecen más de 2.000 vinos cuidadosamente seleccionados. De los grandes clásicos a las etiquetas confidenciales, de los terruños franceses ineludibles a los vins d’auteur extranjeros, de los crus biodinámicos a los champagnes de nicho, cada botella tiene su propia legitimidad.
La Colección Taillevent, compuesta por cuarenta cuvées de autor, es la expresión más personal de ello. Estos vinos son el resultado de vínculos forjados a lo largo del tiempo con viticultores emblemáticos, que ofrecen aquí su interpretación más fiel del terruño.
Democratizar el buen vino… sin concesiones
Puede que te encuentres con vinos Romanée-Conti o botellas que sólo se venden en asignación confidencial, pero el lujo nunca está de más. Desde tan sólo 10 euros, puedes encontrar una botella singular, un raro vino natural o un fino descubrimiento del Loira o del Jura. Nuestra filosofía es clara: hacer del gran vino una experiencia compartida, no un privilegio reservado.
Los equipos también se preocupan de seleccionar vinos ecológicos, naturales o sin sulfitos añadidos, con una trazabilidad perfecta. Todas las fincas se eligen por su historia, su sinceridad y su experiencia. ¿Y el almacenamiento? Los vinos se conservan en bodegas de crianza con temperatura y humedad controladas , cerca de París.
La consultoría como forma de vida
En estas bodegas, el sumiller sustituye al vendedor. Aquí no “vendemos” vino, sino que contamos historias. Tanto si eres un tímido aficionado como un experimentado enófilo, cada cliente recibe un asesoramiento personalizado. Hablamos de variedades de uva, texturas, platos, deseos, a veces recuerdos… Porque para Les Caves de Taillevent, el vino es ante todo un momento de transmisión.
Un modelo que inspira al mundo
El concepto se ha exportado con éxito, sobre todo a Japón, con Esprit de Taillevent, un formato híbrido entre bodega, bar de vinos y sala de degustación, que está atrayendo a una nueva generación con gusto por los buenos vinos. Es un modelo inspirador, consciente de su estatus y accesible a la vez, que bien podría servir de ejemplo en otros lugares.
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