los lugares más visitados de París en agosto (¡evítalos si eres parisino!)

Cada verano, París atrae a millones de turistas de todo el mundo. Si eres un parisino en busca de un pequeño respiro, es mejor que evites algunos de los lugares que se transforman en auténticos atrae- multitudes a partir del 1 de agosto. Aquí tienes 10 lugares que debes evitar… o redescubrir fuera de temporada.

La Torre Eiffel y sus alrededores: ¡una visita obligada!

Es la postal definitiva, la que todo visitante quiere marcar. El resultado: colas interminables a pleno sol, ambiente ruidoso a los pies del monumento y tráfico saturado en el Campo de Marte. En agosto, la experiencia se vuelve rápidamente sofocante. Para una alternativa sin multitudes, lo mejor es subir a lo alto de la Torre Montparnasse o al Parque de Belleville para disfrutar de una apacible vista aérea de París.

📍Tour Eiffel, Av. Gustave Eiffel, 75007 París

El Louvre: demasiadas obras maestras, demasiada gente

Es imposible moverse libremente por la pirámide del Louvre. Dentro, es un calvario: caluroso, abarrotado y saturado. Los visitantes se agolpan, sobre todo alrededor de la Gioconda. Si quieres saciarte de cultura, opta por museos más confidenciales, como el Museo de la Vida Románica, el Museo Zadkine o el Museo Guimet, con aire acondicionado y a menudo desierto en agosto.

📍Museo del Louvre, 75001 París

Montmartre: el encanto asfixiado

Montmartre sigue siendo uno de los barrios más frecuentados por los turistas. Pero en verano, la escalinata del Sacré-Coeur se convierte en una autopista humana. La Place du Tertre se vuelve ruidosa y comercial, carente de la poesía que la ha hecho famosa. Para una alternativa más apacible, dirígete a las callejuelas ocultas de la Butte-aux-Cailles o a la campiña parisina, entre la Villa Santos-Dumont y la rue des Thermopyles.

📍Basílica del Sagrado Corazón de Montmartre, 35 Rue du Chevalier de la Barre, 75018 París

Le Marais: escaparates, sin tregua

Es imposible cruzar la rue des Rosiers o la rue Vieille-du-Temple sin entrar y salir entre helados, cochecitos y selfies. El haut-Marais, tan encantador fuera de temporada, se vuelve intransitable. Si quieres conservar el espíritu del barrio sin las multitudes, dirígete a la más transitable Saint-Paul o Arsenal.

Notre-Dame (Los muelles, los bateaux-mouches): el triángulo de las multitudes

Desde primera hora de la mañana, el muelle es tomado al asalto por grupos enteros. Las colas son largas para los cruceros por el Sena, y la zona alrededor de Notre-Dame -incluso cuando se ha renovado- sigue estando abarrotada. Para un crucero fluvial más tranquilo, opta por un crucero privado al atardecer en un barco pequeño como los que ofrece Green River Cruises.

Grandes parques: cuidado con el efecto colmena

El Jardin du Luxembourg y el Parc des Buttes-Chaumont están invadidos desde las 11 de la mañana. Es imposible encontrar un banco a la sombra, y los céspedes se convierten en improvisadas playas. Mejor refugiarse en el Parque de Bagatelle, el Parque Montsouris o incluso los jardines del Instituto del Mundo Árabe, poco conocidos pero muy agradables en verano.

Los Campos Elíseos: escaparate mundial, tensión local

Entre las boutiques de lujo, los abarrotados establecimientos de comida rápida y el ajetreo veraniego, la avenida más famosa de París pierde toda su magia para los parisinos. Si quieres un paseo chic sin aglomeraciones, dirígete al Palais-Royal o a la Rue du Faubourg Saint-Honoré, más tranquila e igual de elegante.

El lado tranquilo de París sigue existiendo

Estar en París en agosto no es un castigo, siempre que elijas bien tus rutas. Olvídate de los lugares más concurridos, evita las colas interminables y lánzate a explorar barrios olvidados por el turismo de masas, pequeños museos descuidados y parques secretos. París tiene mil caras, incluso (y especialmente) cuando está abarrotada.

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