El golf es la nueva obsesión de la moda para la primavera-verano 2025
¿Y si el verdadero terreno de la moda primavera-verano de 2025 ya no fuera la pasarela… sino el verde? El golf, durante mucho tiempo coto privado de una acogedora élite, está experimentando un espectacular renacimiento estético, social y estilístico.
Golf, el nuevo lenguaje del lujo discreto
Siguiendo la estela del lujo tranquilo y la estética de la vieja escuela, el golf es la alegoría perfecta de la elegancia discreta. Atrás han quedado los logotipos llamativos, sustituidos por materiales nobles, colores apagados y cortes estructurados. Como subraya el auge de las colecciones cápsula inspiradas en el golf, este deporte encarna ahora una nueva relación con el estilo: más comedida, pero no menos consciente de su estatus.
Contrariamente a la herencia fija que ciertas marcas, como Hermès o Zegna, conservan cuidadosamente, el golf ofrece una modularidad moderna. Con sus campos urbanos, sus prácticas democratizadas y sus sorprendentes colaboraciones, el golf está saliendo de sus confines exclusivos.
Las marcas toman el verde
Jimmy Choo x Malbon Golf: la colaboración vuelve con fuerza tras un éxito inicial, con bolsos, zapatos y accesorios en tonos característicos -verde y rosa- sacados directamente de un club de campo del futuro.
Aimé Leon Dore x FootJoy: para su segundo asalto, las dos marcas se centran en una elegante versatilidad, con una mezcla de trajes de los 90 y cortes utilitarios. El resultado es una cápsula híbrida que puede llevarse tanto en la oficina como en el campo de prácticas.
Dior, por fin, va más allá: nada de prestaciones, sólo estilo de vida. Inspirada en los años 80, evoca los clubes elegantes de antaño. Chaquetas Harrington, pantalones plisados, cuellos en V clásicos: el mundo del golf se convierte en un pretexto para redefinir la elegancia cotidiana.
Una tendencia que da en la diana (incluso sin columpiarse)
El atractivo de esta ola «golf-core» reside en su elegante accesibilidad. No hace falta dominar el swing perfecto: basta con adoptar los códigos. Las marcas lo han entendido y lo ven como un terreno de juego ideal para renovar su lenguaje visual sin perder ni un ápice de su prestigio.
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